Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

Las afecciones desordenadas: influjo del subconsciente en la vida espiritual.

Los Ejercicios ignacianos desean quitar de sí todas las afecciones desordenadas para que todas las intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas al servicio de Dios y bien de los prójimos. Pero san Ignacio sabe que este objetivo no es nada fácil. Como maestro de discernimiento, Ignacio articula toda una pedagogía para ordenar a la persona que quiere seguir al Señor. Y no le ayuda solamente a abandonar el pecado, sino que le pide purificarse de su bien
aparente, de la ambivalencia espiritual. Pues la afección desordenada, que es un engaño bajo apariencia de bien, impide el verdadero seguimiento de Cristo en cualquier forma de vocación cristiana. Hoy podemos leer los Ejercicios con la ayuda de la psicología, mediante un enfoque interdisciplinar que confirma las grandes intuiciones ignacianas y que proporciona nuevas herramientas para discernir mejor y para «quitar de sí» estas afecciones desordenadas en nosotros
y en los demás